martes, 4 de diciembre de 2007

Azul y Oro

Por cierto, algo que me dio mucha risa, ilusión, enojo, ira y después más risa, gracia o simpatía, no sé.

Soy Puma. Pero, porqué no también escribir soy luis, soy serafo, soy hetero, soy flaco y soy alto -para muchos, yo... no creo-, soy moreno, soy despistado, soy , soy bla bla bla no me adentraré en curiosidades, categorizaciones o descripciones.
En resumen, soy aficionado del equipo de fútbol UNAM.

Regresando al inicio. Lo que hizo divagar mi ente, sentir ciertas emociones fue una nota que leí hace unos minutos en FOX Sports referente al próximo partido de IDA de los Pumas versus Atlante. La nota, titulada Le quitan los boletos a un revendedor y a la cual llegué por el sugestivo balazo: Es una locura. La nota en cuestión habla sobre la euforía que tenemos muchos -expresada y manifestada de diversas formas-; el título de la nota dice todo. Además, en esta ocasión no tengo boleto por lo tanto no podré ir al partido, de ahí mi sentir.
Claro! Disfruté mi fin de semana, a pesar de todo. Aunque ahora me quedo pensando, ¿haber ido al Lago de Chapultepec habrá provocado mis malestares? No creo, no usar suéter en el camión climatizado fue mi desgracia.

Días antes amanecí con tos y cuando pensaba que me estaba recuperando empiezo a sentirme mal... nuevamente. Por lo menos y ahora sí envié mi síntomas a mi padre. Le hubiera hablado pero es un poco tarde y además tengo las capacidades motrices y mentales básicas ja, suficiente.

Ahora a corregir, mejorar y aumentar unos papers pendientes, aún puedo leer. Ese destello es una ilusión pasajera aunque de esas ilusiones no gratas. Después el té y sus aromas, la cama y sus sábanas
frias, sin luz y música al fondo.

Buenas noches.

jueves, 29 de noviembre de 2007

El mosco y la mosca

Me pegué. Parecía que el planear de esa desdichada era provocarme y aún más que yo mismo me pegara. Así estuve un rato, buscando en el cuarto afortunadamente no muy grande para espantar y sacar a ese insecto. Hubo un momento que la acorralé y estuvimos un buen rato en la entrada de mi hogar, mis brazos empezaron a cansar; extraño, la mosca prefería estar en las alturas y yo le seguía lo que podía. Me pegué, me enojé, le pegué -que cruel, lo sé y en dos ocasiones-, escapó, me cansé, me reí, la ahuyenté... se fue.

sábado, 24 de noviembre de 2007

el tacón y la felpa

Había un tacón que le gustaba verse bien, era la envidia del barrio y taloneaba reteharto y retebien, lastima que era un ingrato. En su caminar diario, por las prisas resbaló y cayó, de puro churro no se rompió sólo se ensució. Afortunadamente, la felpa buen mozo y cariñoso lo vio, y a diferencia de los mirones y burlones éste se apiadó y le ayudó.

El tacón no sabía que hacer, por un momento olvidó quien era y se vio como común, como todos. La
indiferente felpa lo acompaño, lo cuido y después lo abandonó para continuar su actividad no sin antes brindar felicidad. Pasó el tiempo y no se encontraron jamás. Los días, las noches, las estaciones pasaron y sólo hay un recuerdo que no se olvidará.


Me suena a cuento, relato o fábula que quizá había leído, zaz.
No sé.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Hace unas horas te vi.

De regreso al hogar en la bici -tipo turismo según los polis-, con la mochila -pa´ la lap-, los audifonos puestos -del ipod, claro- y mi entidad abrigada -por la sudadera morada de 50 pesitos-, y que a los pocos minutos empezó a brindarme calor en exceso.

Veo, te recuerdo.

Lo curioso es que montado en la bici con melodías de Thievery Corporation -que por cierto hace tiempo no escuchaba- nuevamente empecé a sentir o me di el tiempo de sentir. Ir con calma, sin prisa a pesar de los autos a un lado. Sentía ese aire frio en mi rostro, no era ese ventarrón repentino mas bien era ese afectuoso vientecito. Sentía como me despeinaba y como siempre -tú me conoces- intentaba regresar todo a su lugar -ja-. A pesar de la incomodidad muy mía seguía pedaleando pero lento, quería y disfrutaba de ese airecito fresco, movía mi cabeza con el ritmo de la música y creía ver mi rostro.

Me veo, siento.

Me imaginaba a mi mismo feliz, seguro, bien. Me veía así. Me sentía con paz, por un momento todo era perfecto -¿existe eso?-, estaba relajado después de verte. Estar contigo unos minutos me liberó sin duda. Todo era bonito, ideal. Las pocas personas que en mi trayectoria cruzabamos mirada sonreían, la noche se sentía cálida a pesar del clima incomodo. Yo, veía tipo slowmotion mi camino al hogar. Disfrutaba de esos detalles que están ahí y que pocos perciben o no quieren ver -la sra. vendiendo cigarros, paletas, chicles y demas chunches afuera del antro, los hombres que te deslumbran con su lamparita pa´que te estaciones donde él, los niños esperando a sus compas para ir de fiesta, el niño devorando su tostada con pollo para continuar pidiendo pal chesco, uno y más perros callejeros a un lado de los tacos del asesino esperando que algún despistado deje caer algo, la lámpara de la calle que ya no alumbra, el vato que se estaciona en doble fila, el antro nuevo con el símbolo de amor y paz que da miedo, el anónimo el lugar alternativo al que quiero ir cuando abran-. Sentía el aire en mi rostro, la música en mi, el calor proporcionado por la sudadera, lo cercano de mi hogar, recordaba que te acababa de ver.

Llegué, te veo.

Intenté leer no pude, me acosté en mi lado pegado a la pared, giré y me pegué. Reí, reí, me retorcí de alegría. Te vi a mi lado ¿Recuerdas?

lunes, 29 de octubre de 2007

wow


zapatito blanco, zapatito azul ¿dime cuántos años tienes tú? uno, dos, tres, cuatro,...

¿quién no recuerda ese juego? luego, cuando te tocaba ... a correr.


no hay zapatitos y no predomina color alguno, quizá el negro y... sí, algunos colores brillantez que no se distinguen pero las formas y la música abundan. no hay edades sólo gratos momentos. sonrisas y baile, cuerpos, humo, aromas, vibraciones, alcohol, ruido, calor... pero nosotros juntos.

esa noche de Quiero Club, recuerdo cuando días antes había comprado los boletos. había planeado darte la sorpresa cuando salieramos pero de repente -usual- cambiaste de parecer cuando finalmente te dije que fueramos. intenté convencerte y notaste que algo pasaba, ya sabías que había hecho algo -siempre sabes-. pasaron las horas y finalmente decidiste acompañarme.

noche y frio nos acompañaban, también después de mucho tiempo saliamos a un "concierto", los dos. yo sin trabajo y sin quejas, tú sin entregas y sin prisas. en ese prolongado instante después de esperar y chutarnos una vez más el repertorio del chico velvet boy y el joven calavera la noche fluyo delicadamente a pesar del ruido, el calor, el humo, la gente. wof empezó a escucharse y los dos disfrutabamos, me abrazabas y te daba mi manga para sacar el sudor en tu rostro, luego te daba un beso en la cabeza, intentabamos bailar en nuestro espacio pero era incomodo por nuestra postura, nos separabamos un poco, nos veíamos y sonreíamos uno al otro mientras la euforia y la música ganaban presencia. la noche transcurrió así. llegó el momento y todo termino, tenía que llevarte de regreso a tu casa y así fue. ahora recuerdo con más fuerza ese momento, esos instantes que compartimos juntos, que bailamos juntos, que nos abrazamos, que nos besamos, que nos tomamos de la mano, que cuando te deje en tu hogar nos despedimos, nos vimos a los ojos y sonreimos.

sonreimos. confiamos.
nuevamente tu empiezas a confiar.

cansado, con frio, no aislado y feliz ahora estoy. a seguir que falta más por hacer...


sueño delirante
y personal.

martes, 23 de octubre de 2007

los niños saben

buscando info sobre comunicación y nuevas tic, recordé y redescubrí un post de Tíscar... bastante peculiar. en un principio, quizá el título no llamó pero hoy, hace rato y curiosamente después de leer un correo-e de mi hermana me cayó el veinte.

disfruten. es bastante cordial, genuino. yo me quedo con la fantasía y los sueños. ¿ustedes? reflexionen, sientan y vivan... seamos nosotros y no uno más de esos.