sábado, 24 de noviembre de 2007

el tacón y la felpa

Había un tacón que le gustaba verse bien, era la envidia del barrio y taloneaba reteharto y retebien, lastima que era un ingrato. En su caminar diario, por las prisas resbaló y cayó, de puro churro no se rompió sólo se ensució. Afortunadamente, la felpa buen mozo y cariñoso lo vio, y a diferencia de los mirones y burlones éste se apiadó y le ayudó.

El tacón no sabía que hacer, por un momento olvidó quien era y se vio como común, como todos. La
indiferente felpa lo acompaño, lo cuido y después lo abandonó para continuar su actividad no sin antes brindar felicidad. Pasó el tiempo y no se encontraron jamás. Los días, las noches, las estaciones pasaron y sólo hay un recuerdo que no se olvidará.


Me suena a cuento, relato o fábula que quizá había leído, zaz.
No sé.

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